Este es tu corazón.
No es un reloj
ni un pájaro enjaulado.
(No te dejes llevar por los
poetas)
Es sólo un corazón
Con su tejido fibroso de
músculo
obstinado
y cierta vocación para el
secreto.
A veces la mano sobre el pecho
indaga los latidos. Entonces
mano y corazón dan miedo.
Ya sabes que lo ciñen válvulas
como coronas majestuosas.
No es de león.
Más bien palpita buey,
a sí mismo obedece.
Lo oirás, lo oyes, lo has oído
y tú ignorarás siempre las
respuestas.
Mueres cada noche sobre él
y al despertar auscultas su
rumiar,
agitados o calmos, él y tú,
por el mismo temblor.
Tú respiras, él cava una vez
más
El surco de la mansedumbre
e inexplicablemente
es sólo un corazón.
Alfredo Fressia, de Poeta en el
Edén, 2012
En estos días de saludos afectuosos, los invitamos a leer este poema de Alfredo Fressia.
Este corazón está lejos del lugar ignoto en que se guardan
los afectos y su carnal materialidad se percibe en la cuidadosa descripción de
sus partes: el tejido fibroso de músculo, las válvulas.
No es mecánico como un reloj ni cautivo como un pájaro
enjaulado. Es simplemente un corazón cuyo latido tranquiliza e inquieta, tan
identificado con nuestro cuerpo que es posible confundirlo con nosotros mismos
y compararlo con el de otros animales.
La presencia constante de sus latidos no garantiza ninguna
certeza, no contesta ninguna pregunta.
Este es un buen ejemplo de la poesía de Fressia, que
transita a menudo por lo sensorial y lo tangible, lo fisiológico y lo
placentero. Hay 26 poemas más para deleitarse en este libro de civiles
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