Hay
cierta hermandad estilística entre la poesía de Gonzalo Fonseca y
Gabriel di Leone. Esa hermandad se podría notar en la
fragmentariedad lúdica a partir de un desarticulante manejo de la
puntuación que remite a la narrativa del Juan Goytisolo de los
sesenta, en el universo referencial que remite -híbridamente- a la
criolledad y el pop, así como en la ironía y el humor, aunque ese
humor no es el de la carcajada sino el de la sonrisa socarrona y
cómplice de quien ya se resignó a la naturaleza absurda de las
cosas. Y también de los acontecimientos. Con todo, ese barroquismo
beatnik no pierde de vista su condición política, su autoconciencia
ligada a una escritura que se muestra más como una especie de
totalidad que no es totalizada ni totalizable. Sabe que, en su decir,
no
serán piedras alineadas
las
palabras que separa y afila
para
salir como su antiguo
hermano
desnudo
y con hambre
a
perseguir
el
sentido del mundo
En
ese acto de persecución del sentido, la poesía de di Leone declara
“desalineadamente” que siempre habrá elementos que no podrán
ser articulados. Más aún: sabe y explicita que toda estructura
discursiva, en cuanto reflejo de la estructura social, es abierta,
contingente, no suturada, allí donde ya
no
importa el color de la kriptonita
ni
mi velocidad en el túnel del tiempo
la
historia habla de otras cosas
bien
sé: Lex Luthor es un niño de pureza
ante
otros reales cabezapeladas
Pero la historia de Lex Luthor es, en definitiva, una representación idónea del derrumbamiento -cuando no de arruinamiento- del mundo. Desde el momento mismo que la historia soporta un vaciamiento de significado, descubrimos que ya no se la hace: hay hechos y, luego, versión de los hechos. Queda en di Leone, queda en nosotros, buscar otro horizonte de expectativas que logre revertir esa ruptura de los lazos con el tiempo transcurrido entre
estrellas
de
rumbo y de metáfora
entre
fenómenos
siderales terrestres
signos
y sinos pero
yo
no soy
astrólogo
astrónomo astronauta
soy
albañil
soy
albañil
La
construcción de ese sentido que se busca desde la desalineación de
las palabras, desde la desalineación de los planetas o de los
astros, el albañilear esa escritura del desastre, será la
indecencia que di Leone llevará a cabo. Armar un nuevo relato
explicativo de lo existente frente al no relato actual, quizá el más
opresivo de todos los relatos, no es más que una manifestación de
una ontología libertaria, anarca. Y como todo anarquismo, el
accionar de “La edad de la indecencia” se conjuga al imperfecto.
(Martín Palacio Gamboa)
(Martín Palacio Gamboa)
Comentarios
¿puedo mandar manuscrito?