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HOMENAJE & FERLINGHETTI

 Hace más de veinte años civiles iletrados era una publicación web en formato "revista" actualizable y publicábamos autores de varios países de América Latina. En el 2000 recibimos tres colaboraciones del poeta - amigo - Esteban Moore, acerca de la poesía beatneak. Los archivos ya no están en línea pero los conservamos. Acá a modo de homenaje al poeta Lawrence Ferlinghetti, publicamos nuevamente el trabajo de Esteban, breve presentación y poemas de L.F.


Lawrence Ferlinghetti: el poeta de las multitudes

Nota y versiones de Esteban Moore


Lawrence Ferlinghetti, artesano del verso, bardo eterno, se define a si mismo como un agente provocador que vive con fervor y pasión constante la transición que le imponen sus búsquedas espirituales: confiesa que en el verano se considera un “anarco-nudista” y en la temporada de los fríos se transforma en una especie de “budista-socialista”.

La obra de este autor puede ser considerada un extendido proceso de reescritura, en el sentido de que todo procedimiento literario lo es si se aventura en la exploración de sus propias raíces; en este trayecto en particular nada es deshechado, su discurso se halla sembrado de variadas referencias literarias y culturales, en muchos casos evidentes, en otros de una profunda oscuridad, que sin embargo, refulgen en una nueva luz. En su voz se percibe la resonancia en súbitas, repentinas imágenes, de otras voces: Byron, Matthew Arnold, Albert Camus y el Dante entre otros, y alude asimismo a elementos culturales ajenos, los apropia, entrelazándolos en la trama de un territorio multicultural que anuncia lo inevitable: Será una voz mestiza/ una voz políglota cantando/ tarde en la noche/ en las extendidas llanuras/ donde la desaparición de las luciérnagas/ señala el amanecer de una época terrible.

Su mirada, “el ojo obsceno del poeta”, siempre atento al universo, expresa sus inquietudes en una modalidad poética en la que se evidencia la intención de regresar a la práctica de los bardos, la comprensión del fenómeno poético como un evento público, donde la recuperación de la perdida capacidad del poeta para difundir su noticia resulta fundamental. No se trata simplemente de una continuidad del modelo romántico (Byron, Shelley) donde el poeta se ve a sí mismo como un héroe, sucesor de Prometeo o de Hércules, que asume roles proféticos. La intención de Ferlinghetti es la de recrear la confianza en el poder de la inspiración y transmitirnos su fe en la noción de que el poema con su energía crítica operará sobre el mundo y el espíritu de los seres humanos.

Expone su visión, la de su vida interior y de las cuestiones que lo desvelan, sin arrojar al olvido la realidad inmediata y los problemas de los tiempos en los que azarosamente le ha tocado vivir, nada ha de quedar fuera de los límites de su interés, desde la preservación del medio ambiente a las cuestiones políticas y a las sociales, nada es ajeno a esa voluntad que indaga, expandiendo el radio de acción del poema: “…la propia voz de la vida como la escuchó /Walt Whitman/ una risa suave salvaje/ (que aún debe ser liberada/ del procesador de palabras/ de la mente/ Y yo soy el cronista de un periódico/ de algún otro planeta/ que ha sido enviado a describir la vida/ en el planeta tierra/ a contar las historias/ de qué Cuándo Dónde Cómo y Por qué…”

Al igual que Jack Kerouac y Allen Ginsberg, él pertenece a ese grupo de escritores que en la múltiple producción literaria de su época interpretan la voz, el ritmo de su tiempo, transforman su sensibilidad. Junto a Kerouac, creador del término emblemático “beat generation” (que significaba, en sus propias palabras, “lo beatifico”, “ intentar vivir un estado de beatitud, similar al de San Francisco de Asís cuando expresaba su amor por tiodo lo creado.”), que absorbido por la oralidad y el modismo americano destaca la distancia existente entre los escritores norteamericanos y su origen lingüístico; y de Allen Ginsberg, que refracta en su “Aullido “ Whitmaneano la traumática situación de una generación que agobiada de mandatos no estaba dispuesta a repetir el comportamiento social de sus antecesores; introducen la idea de la poesía como una “performance pública” e irrumpen en la escena desafiando las normas cristalizadas y la formalidad imperante establecida por lo que consideraban que era en ese momento la poesía académica u oficial, subvirtiendo el lenguaje institucional, logrando con su arte una cierta expansión literaria en un período de contracción de la cultura.



 El poeta como pescador



A medida que envejezco

percibo que la vida

tiene la cola en la boca

y otros poetas y otros pintores

ya no encarnan para mí

ningún tipo de competencia

El cielo es el desafío

el cielo

que aún debe ser descifrado

ese alto cielo

ante el que caen agobiados

los astrónomos

con sus grandes orejas electrónicas

ese cielo

que nos susurra constante

los secretos finales del universo

el mismo que respira

hacia adentro hacia afuera

como si fuera el interior de una boca

del cosmos

el mismo cielo

que es el borde de la tierra

y del mar también

el cielo

de voces múltiples y ningún dios

rodeando un océano de sonido

que devuelve ecos

como las olas

que estallan en el murallón

Poemas enteros

diccionarios completos

enrollándose

en la explosión de un trueno

Cada atardecer un cuadro instantáneo

cada nube un libro de sombras

a través de las que vuelan salvajes

las vocales de los pájaros

que llorarán repentinamente

Ese firmamento para el pescador

está despejado

a pesar de las nubes oscuras

Él lo observa

lo estima por lo que es:

el espejo del mar

a punto de precipitarse sobre él

en su bote de madera

al filo del horizonte oscuro

Nosotros lo imaginamos como un poeta

siempre cara a cara con la vieja realidad

donde los pájaros nunca vuelan

antes de la tormenta

No lo dudes

él sabe lo que caerá desde las alturas

antes de que amanezca

él es su propio vigía

en su embarcación

atento al sonido del universo

dando cuenta de las visiones

de la tierra de lo viviente

con su voz poderosa



La Gata




La gata

se lame una pata y

se recuesta

en el hueco de la biblioteca

yace allí

largas horas

imperturbable como una esfinge

luego gira su cabeza

hacia mí

se incorpora

estira su cuerpo

me da la espalda

nuevamente lame su pata

como si el tiempo real

no hubiera pasado

Y no lo ha hecho

y ella es una esfinge

que posee los tiempos del mundo

en el desierto de su tiempo

Ella

sabe dónde mueren las moscas

puede ver fantasmas

en las partículas del aire

percibir sombras

en un rayo de sol

Ella oye

la música de las esferas

los sonidos que transmiten

los cables

en las casas

y también el zumbido

del universo

en el espacio interestelar

pero siempre

prefiere los rincones hogareños

y el ronroneo de la estufa



Esta noche el mar está en calma


Esta noche

el mar está en calma

en las playas de Dover

En el crepúsculo creciente

los pájaros

gritan

en su llanto

las sílabas

de alguna palabra

deconstruída

que nosotros

aún no logramos descifrar

que explique

nuestra existencia

Y ellos los pájaros

elevándose

cargan en sus alas

la luz última

y vuelan con ella

sobre el horizonte

guardando

el secreto


Esteban Moore es poeta argentino. Editor del blog Alpialdelapalbra.

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