Lawrence Ferlinghetti: el poeta de las multitudes
Nota y versiones de Esteban Moore
Lawrence Ferlinghetti, artesano del verso, bardo eterno, se define a si mismo como un agente provocador que vive con fervor y pasión constante la transición que le imponen sus búsquedas espirituales: confiesa que en el verano se considera un “anarco-nudista” y en la temporada de los fríos se transforma en una especie de “budista-socialista”.
La obra de este autor puede ser considerada un extendido proceso de reescritura, en el sentido de que todo procedimiento literario lo es si se aventura en la exploración de sus propias raíces; en este trayecto en particular nada es deshechado, su discurso se halla sembrado de variadas referencias literarias y culturales, en muchos casos evidentes, en otros de una profunda oscuridad, que sin embargo, refulgen en una nueva luz. En su voz se percibe la resonancia en súbitas, repentinas imágenes, de otras voces: Byron, Matthew Arnold, Albert Camus y el Dante entre otros, y alude asimismo a elementos culturales ajenos, los apropia, entrelazándolos en la trama de un territorio multicultural que anuncia lo inevitable: Será una voz mestiza/ una voz políglota cantando/ tarde en la noche/ en las extendidas llanuras/ donde la desaparición de las luciérnagas/ señala el amanecer de una época terrible.
Su mirada, “el ojo obsceno del poeta”, siempre atento al universo, expresa sus inquietudes en una modalidad poética en la que se evidencia la intención de regresar a la práctica de los bardos, la comprensión del fenómeno poético como un evento público, donde la recuperación de la perdida capacidad del poeta para difundir su noticia resulta fundamental. No se trata simplemente de una continuidad del modelo romántico (Byron, Shelley) donde el poeta se ve a sí mismo como un héroe, sucesor de Prometeo o de Hércules, que asume roles proféticos. La intención de Ferlinghetti es la de recrear la confianza en el poder de la inspiración y transmitirnos su fe en la noción de que el poema con su energía crítica operará sobre el mundo y el espíritu de los seres humanos.
Expone su visión, la de su vida interior y de las cuestiones que lo desvelan, sin arrojar al olvido la realidad inmediata y los problemas de los tiempos en los que azarosamente le ha tocado vivir, nada ha de quedar fuera de los límites de su interés, desde la preservación del medio ambiente a las cuestiones políticas y a las sociales, nada es ajeno a esa voluntad que indaga, expandiendo el radio de acción del poema: “…la propia voz de la vida como la escuchó /Walt Whitman/ una risa suave salvaje/ (que aún debe ser liberada/ del procesador de palabras/ de la mente/ Y yo soy el cronista de un periódico/ de algún otro planeta/ que ha sido enviado a describir la vida/ en el planeta tierra/ a contar las historias/ de qué Cuándo Dónde Cómo y Por qué…”
Al igual que Jack Kerouac y Allen Ginsberg, él pertenece a ese grupo de escritores que en la múltiple producción literaria de su época interpretan la voz, el ritmo de su tiempo, transforman su sensibilidad. Junto a Kerouac, creador del término emblemático “beat generation” (que significaba, en sus propias palabras, “lo beatifico”, “ intentar vivir un estado de beatitud, similar al de San Francisco de Asís cuando expresaba su amor por tiodo lo creado.”), que absorbido por la oralidad y el modismo americano destaca la distancia existente entre los escritores norteamericanos y su origen lingüístico; y de Allen Ginsberg, que refracta en su “Aullido “ Whitmaneano la traumática situación de una generación que agobiada de mandatos no estaba dispuesta a repetir el comportamiento social de sus antecesores; introducen la idea de la poesía como una “performance pública” e irrumpen en la escena desafiando las normas cristalizadas y la formalidad imperante establecida por lo que consideraban que era en ese momento la poesía académica u oficial, subvirtiendo el lenguaje institucional, logrando con su arte una cierta expansión literaria en un período de contracción de la cultura.
El poeta como pescador
A medida que envejezco
percibo que la vida
tiene la cola en la boca
y otros poetas y otros pintores
ya no encarnan para mí
ningún tipo de competencia
El cielo es el desafío
el cielo
que aún debe ser descifrado
ese alto cielo
ante el que caen agobiados
los astrónomos
con sus grandes orejas electrónicas
ese cielo
que nos susurra constante
los secretos finales del universo
el mismo que respira
hacia adentro hacia afuera
como si fuera el interior de una boca
del cosmos
el mismo cielo
que es el borde de la tierra
y del mar también
el cielo
de voces múltiples y ningún dios
rodeando un océano de sonido
que devuelve ecos
como las olas
que estallan en el murallón
Poemas enteros
diccionarios completos
enrollándose
en la explosión de un trueno
Cada atardecer un cuadro instantáneo
cada nube un libro de sombras
a través de las que vuelan salvajes
las vocales de los pájaros
que llorarán repentinamente
Ese firmamento para el pescador
está despejado
a pesar de las nubes oscuras
Él lo observa
lo estima por lo que es:
el espejo del mar
a punto de precipitarse sobre él
en su bote de madera
al filo del horizonte oscuro
Nosotros lo imaginamos como un poeta
siempre cara a cara con la vieja realidad
donde los pájaros nunca vuelan
antes de la tormenta
No lo dudes
él sabe lo que caerá desde las alturas
antes de que amanezca
él es su propio vigía
en su embarcación
atento al sonido del universo
dando cuenta de las visiones
de la tierra de lo viviente
con su voz poderosa
La Gata
La gata
se lame una pata y
se recuesta
en el hueco de la biblioteca
yace allí
largas horas
imperturbable como una esfinge
luego gira su cabeza
hacia mí
se incorpora
estira su cuerpo
me da la espalda
nuevamente lame su pata
como si el tiempo real
no hubiera pasado
Y no lo ha hecho
y ella es una esfinge
que posee los tiempos del mundo
en el desierto de su tiempo
Ella
sabe dónde mueren las moscas
puede ver fantasmas
en las partículas del aire
percibir sombras
en un rayo de sol
Ella oye
la música de las esferas
los sonidos que transmiten
los cables
en las casas
y también el zumbido
del universo
en el espacio interestelar
pero siempre
prefiere los rincones hogareños
y el ronroneo de la estufa
Esta noche el mar está en calma
Esta noche
el mar está en calma
en las playas de Dover
En el crepúsculo creciente
los pájaros
gritan
en su llanto
las sílabas
de alguna palabra
deconstruída
que nosotros
aún no logramos descifrar
que explique
nuestra existencia
Y ellos los pájaros
elevándose
cargan en sus alas
la luz última
y vuelan con ella
sobre el horizonte
guardando
el secreto
Esteban Moore es poeta argentino. Editor del blog Alpialdelapalbra.
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